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LA PRENSA Y LOS INTELECTUALES" DE IZQUIERDA" SE APUNTAN A UN BOMBARDEO (extracto del nº 66 de la revista anarquista Amor y Rabia)

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[Afortunadamente no todo el anarquismo aplaude como tontos de baba al amiguete de George Soros en España, Carlos Taibo. ¿Habéis visto, trolls, lo que me habéis obligado a hacer? Pues volved por otra.]



Igual que en el caso del conflicto de Libia, los autocalificados medios de “izquierda “han demostrado lo “izquierdistas” que son participando de este linchamiento mediático contra Siria y su gobierno para justificar una ulterior intervención de la OTAN. 

Un caso palmario es el del diario Público, que se presenta a sí mismo como “el único periódico de izquierda” en el panorama de la prensa nacional.

Aquí hay que decir que es verdad que en Público escribe gente progresista como el economista Vicenç Navarro o Isaac Rosa (que escribió un meritorio libro denunciado la intervención “humanitaria” en Kosovo, Kosovo: la coartada humanitaria (2001), pero también es verdad que ha sido uno de los diarios que más propaganda ha hecho a favor de la intervención en Libia y Siria. 

¿Cómo es posible esto? Pues por la sencilla razón que la empresa mediática que lo edita, o mejor dicho, que lo editaba hasta el pasado diciembre, Mediapro, y que también era dueña de la cadena de TV la Sexta, tiene importantes negocios en Qatar, un país que promueve el terrorismo yihadista que contribuyó a la destrucción de Libia y ahora de Siria, y uno de los más fieles aliados de EE.UU. 

De hecho, el dueño de Mediapro, Jaume Roures, que tiene los derechos de retransmisión del Barça (equipo al que patrocina la indumentaria la “Qatar Foundation”), también se dedica a la retransmisión de la liga de fútbol de los Emiratos Árabes. Además Mediapro es una de las pocas empresas españolas con oficinas en Doha, la capital qatarí . Así, no es de extrañar que la información sobre la situación en Libia y ahora en Siria coincida al 100% con la de la cadena Al Jazeera, propiedad de la familia real qatarí. 

El liberal criptootánico infiltrado en filas libertarias Carlos Taibo. 
La ingenuidad engreída del anarquismo no tiene límites.

Para quien no crea que este diario “de izquierda” se alinea con los intereses de uno de los países más reaccionarios y corruptos del planeta ahí van unas líneas con las que Público describía a ese anacrónico y tiránico reino feudal donde impera la sharia:

“En este pequeño emirato 800.000 habitantes, de los que los inmigrantes son mayoría, no hay policías en las calles, no hay disturbios, no hay milicias ni rabia en las miradas. Es un pequeño oasis en el convulso mundo árabe”.

Lo que obvia Público es que esos inmigrantes son trabajadores absolutamente desprovistos de derechos y que la prosperidad de Qatar, aparte la riqueza petrolera, se debe a que es una lavandería de dinero negro. Sobre las condiciones de los inmigrantes en Qatar la bloguera siria afincada en España Nagham Salman escribió: “Mientras los ciudadanos qataríes se recrean en su fastuosidad y su ostentación, un ejército de más de un millón y medio de asiáticos en condiciones de semiesclavitud y sin derechos sociales, malvive hacinado en pisos patera y trabajando jornadas que superan las catorce horas, y soportando más de 40 grados de temperatura media la gran parte del año. Estos ocupan todos los puestos de trabajo poco cualificados en plataformas de extracción, construcción y servicio doméstico. Sus sueldos no superan los 200 dólares mensuales y sus patrones qataríes pueden enviarles de vuelta a sus países de origen cuando lo deseen”.

Así las cosas, no es de extrañar que Público usara de la manera más desvergonzada fotos de manifestaciones pro Al Asad para ilustrar noticias de revueltas de signo contrario en Siria o fotos de bombas destrozando Libia (¿de los gadafistas? ¿de los “rebeldes” libios? ¿de la OTAN?) para acompañar textos sobre la supuesta “represión de Al Asad contra su propio pueblo”. O, como ya señalamos más arriba, las crónicas sobre ataques a manifestantes pro Al Asad en que los obuses son, según este diario, “de origen indeterminado” precisamente porque los han disparado sus amigos yihadistas.

No, no eres socialdremócrata (ojalá) eres un neoliberal de la 
New Age disfrazado de otra cosa. El perfecto submarino 
de las élites financieras.

Otro tanto ha pasado con otro diario pretendidamente “de izquierda”: 20 minutos. Como en el caso de Público en el diario gratuito 20 minutos no faltan los artículos con contenido progresista y además cuenta con uno de los más críticos dibujantes de tiras cómicas (junto con el gran El Roto), Eneko. Sin embargo su adhesión a la estrategia de manipulación informativa contra Libia y Siria ha sido escandalosa. Y también como en el caso de Público la explicación a esta actitud tiene que ver con su propietario, Sverre Munck. Munck es un magnate de los mass media de Noruega, país que, como se sabe, fue uno de los fundadores de la OTAN en 1949. Munck, por otra parte, estudió economía en Stanford (California), una universidad de EEUU relacionada con los servicios secretos y el complejo militar-industrial de EE.UU. 

Se da además la circunstancia que el capital noruego, propietario al 80% de 20 minutos, tiene importantes vínculos con la monarquía feudal de Qatar, por ser ambos países, Noruega y Qatar, monarquías petroleras. De hecho, la mayor fábrica de aluminio del planeta (Qatalum) es de capital noruego y qatarí y se encuentra en Doha. Con tales condicionantes es lógico que la información que nos ofrece 20 minutos sobre Siria tenga el sesgo que tiene.

Y qué decir de los intelectuales “de izquierda” que justifican depende qué guerra. Llama la atención que buena parte de los intelectuales y artistas de “izquierda” que se opusieron a la impopular intervención en Irak de 2003 han aplaudido la “humanitaria” guerra de Libia. Y lo curioso es que los argumentos que usaron para apoyar la intervención de la OTAN en Libia eran calcados a los que esgrimían a favor de la guerra de Irak la derecha más rancia, a saber, que el líder de turno era “un dictador que estaba saqueando y/o masacrando a su pueblo”.

Aun así, según nuestra progresía más mediática, “Libia no es Irak” (¿tendrá que ver con que en este caso la Casa Blanca está dominada por el Partido Demócrata y éstos suelen repartirse el botín de guerra con sus socios europeos?). 

Y a partir de ahí hemos visto cuál es la verdadera cara de, por ejemplo, Santiago Alba Rico (guionista del añorado programa de TV de los 80, La bola de cristal), que ha escrito largo y tendido en medios “alternativos” como Rebelión a favor de la intervencionismo “humanitario”; o también (¡no podía faltar!), Carlos Taibo, individuo con muy buena reputación en medios “radicales” a pesar de haber apoyado públicamente a los mercenarios narcotraficantes de la UÇK albanesa y a las huestes integristas chechenas. Curiosamente Taibo además de aparecer puntualmente en los medios “alternativos” (como Rebelión o Kaos en la red) también escribe para la revista Foreign Policy, ligada al Council of Foreign Relations (CFR) del clan petrolero Rockefeller (de hecho, esta publicación fue fundada por Samuel P. Huntington creador de la infame teoría xenófoba del “choque de civilizaciones”).

Carlos Taibo: un "libertario" que escribe para el clan Rockefeller


Ya durante la guerra contra Libia vimos cómo muchos de aquellos “rebeldes” mediáticos que vociferaban contra la guerra de Irak, cuando se trata de Libia callan (Bardem, Gran Wyoming) o bien manifiestan su complicidad (Miguel Ríos, los líderes de los sindicatos mayoritarios Toxo y Méndez,y el PSOE en pleno). Y lo que es aplicable al caso de Libia también lo es para el de Siria.

Especial mención merece el comportamiento errático del ex coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, que denunció la intervención en Libia en el parlamento pero meses más tarde firmó un documento en apoyo a la Primavera Árabe que rezaba: 

“El régimen sirio miente para justificar la brutal represión de su propia población. Como tantas otras veces, la dictadura de Bachar Al-Asad vuelve a agitar como un espantajo el peligro de la ruptura sectaria o del terrorismo islamista, o la falsa disyuntiva entre la soberanía y la dignidad del Estado y los derechos y las libertades de sus ciudadanos. Sin embargo, no hay indicio alguno que permita conjeturar sobre una inducción exterior de las protestas o que permita argumentar que las aspiraciones de los ciudadanossirios son distintas a las que otros ciudadanos árabes manifiestan en sus países”.

Junto a Llamazares los ya habituales Santiago Alba Rico y Carlos Taibo. Aunque también José Luis Sanpedro, Javier Sábada,...El caso es utilizar el prestigio que puedan tener estos personajes entre gente de mentalidad progresista, precisamente la gente más susceptible de movilizarse contra la guerra. Y de hecho esta estrategia ha tenido lamentablemente bastante éxito. 

Pero si algún intelectual ha ejemplificado mejor el hipócrita principio de “injerencia humanitaria”, ése es Bernard-Henry Lévy. BHL, filósofo sin filosofía propia y próximo en su juventud al mayo del 68, nació en el seno de una familia de colonos franceses en Argelia, enriquecidos gracias a la explotación de las maderas preciosas de África. Desencantado con la izquierda, pronto se entrega a la defensa de las minorías oprimidas, eso sí, siendo siempre esta defensa de carácter selectivo: sólo va apoyar a minorías utilizadas por las grandes potencias occidentales en sus pretensiones de expansión por sus zonas de influencia.

Así BHL apoyó públicamente a las huestes integristas islámicas financiadas y entrenadas por EE.UU. para combatir la influencia soviética en Afganistán, aplaudió la desmembración de Yugoslavia apoyando a los extremistas musulmanes bosnios de Alija Izetbegovic (que había sido colaboracionista nazi en su juventud), hizo propaganda a favor de los integristas chechenos que intentaron romper la Federación Rusa apoyados por Washington, alimentó el conflicto de Sudán alineándose con los secesionistas del sur igualmente apoyados por EE.UU., celebró el bombardeo de Libia a cargo de la OTAN y por último se ha fotografiado con supuestos rebeldes sirios.

Especialmente rastrero fue su trabajo en Sarajevo. Allí el más mediático de los “nuevos filósofos” franceses nos habló de un cerco que no era tal y de disparos de francotiradores serbios, cuando lo cierto es que la guerra empezó por el ataque de francotiradores musulmanes a una boda serbia y la mayoría de las masacres de civiles en Sarajevo eran obra de fuerzas musulmanas que buscaban la implicación de la OTAN en el conflicto. Además para recabar los apoyos de la izquierda occidental se inventó que Sarajevo vivía la misma situación de asedio que Madrid durante la guerra civil y ello a pesar de que sus amigos del gobierno de Sarajevo eran antiguos colaboracionistas nazis. 

Muy esclarecedoras son unas fotos de este intelectual belicista en Sarajevo donde BHL aparecía supuestamente entrevistado por un reportero mientras ambos se refugiaban tras un muro de las balas de los francotiradores serbios; en realidad, no había tales francotiradores, según muestra otra foto (otra toma de la misma escena) en la que se ve por encima del muro unos soldados de pie en actitud totalmente relajada, algo impensable si se hubiera tratado de una zona infestada de francotiradores.

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